miércoles, 23 de julio de 2014

Collaboration Marius Markowski/Paloma de la Torre

LA VOZ
...Entonces me encolericé y maldije, con la maldición de un interior que se rompe por dentro, de la tormenta, de los rayos que se encienden intermitentemente coléricos… y quedaron mis ojos derramados en lágrimas. Y en el cielo se dejaron de encender las estrellas, y el trueno murió, y las bombillas que me alumbraran no tuvieron luz, y el cauce del mar permaneció inamovible. 

Miré la limpieza del espejo, que había cambiado; y los cristales me miraban empañados; y en el espejo se leía: INGENUA
Y mis ojos cayeron sobre aquella esquina de una pared blanca, miré mi reflejo y mi rostro estaba pálido, mientras me iba deslizando hacia el suelo. Y alcé bruscamente la cabeza que apoyaba mi mano, y sosteniéndome sobre la pared, escuché. Pero no se oía ninguna voz en toda la vasta soledad que me embargaba, y la gran dama que me miraba desde el espejo decía: INGENUA. Y la gran dama se reflejó ausente, desapareció tras el vaho, tan solemne era mi carrera tras ella, al punto que dejé de verla…

By Paloma de la Torre ( Cromofora La)c
Pic by Marius Markowski




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